Imagina un desierto que se expande tan lejos como tus ojos pueden ver. Estás rodeado de arena. En el desierto hay un cubo. Describe el cubo ¿Cómo es? ¿Qué tan grande es? ¿De qué está hecho? ¿En qué parte del desierto está este cubo? No hay respuestas correctas o incorrectas. No puedes perder. Tómate un momento para pensar en esto antes de continuar.
Entonces estás en el desierto con este cubo. Cerca del cubo notas que hay una escalera. Descríbela ¿Qué tan grande es? ¿Cómo se relaciona con el cubo? ¿De qué está hecha? Nuevamente tomate un momento antes de continuar.
Ahora en este desierto que contiene una escalera y un cubo hay un caballo. Puede ser cualquier tipo de caballo. Describe a ese animal: ¿Dónde está el caballo? ¿Qué está haciendo? ¿Está moviéndose o está parado?
Ahora ves flores. Describe las flores ¿Cuántas hay? ¿Cómo son? ¿Se relacionan con alguno de los otras cosas?
Última etapa. Hay una tormenta ¿Cómo es? ¿Está cerca? ¿Lejos? ¿Qué clase de tormenta es? ¿Impacta alguno de los otros objetos del desierto?
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Imagino el desierto, y un pequeño cubo rojo de plástico en el centro. Apoyado sobre la arena.
Al costado de este cubo, más precisamente a la derecha de este. Es una escalera alta, que no tiene fin. Es de madera, pero luce despintada. Como vieja. Esta a un costado, sin tocarlo, ni rosarlo, pero ahí está.
El caballo se encuentra a la izquierda del cubo. Un poco más alejado que el cubo de la escalera y el cubo. Es marrón, con sus crines negras, y luce más bien salvaje. No corre, ni camina. Pero mueve sus patas mientras relincha.
Imagino rosas, rosas rojas. Pero aunque intento, debo forzar ubicarlas en el escenario. No logro imaginarlas con claridad.
Es una tormenta eléctrica, justo en el centro entre el horizonte, y donde los personajes se ubican. Pero cada vez está más cerca. Pero no impacta a ninguno. No los toca.
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Ahora veamos los resultados…
El cubo representa tu ego
El tamaño de tu cubo es el tamaño de tu ego. Si te imaginaste un gran cubo, es muy probable que seas una persona muy segura de sí misma. Si era un cubo pequeño quizás no lo seas tanto. Si el cubo estaba en la arena quizás tienes los pies muy en la tierra. Si estaba en el cielo quizá tu mente está en las nubes. Si tu cubo es transparente quizás tu personalidad también lo es.
La escalera representa a tus amigos
¿Se apoya en el cubo? Quizás tus amigos dependen de ti ¿Es alta o baja? ¿Es débil o fuerte? Está apuntando hacia arriba o caída? Saca tus propias conclusiones.
El caballo es tu compañero ideal
Dice que es lo que quieres de él. Algunos ven a un caballo fuerte y trabajador otros un unicornio. ¿Qué piensas de tu elección?
Las flores son tus hijos
El número de flores que elegiste puede ser las ganas que tienes de tener hijos.
La tormenta es una amenaza
¿Es muy grande? ¿Muy tormentosa? ¿Es cercana o lejana? Puedes encontrarle el significado que desees.
Antes de sacar conclusiones apresuradas es bueno que sepas que las personas pueden interpretar los significados y simbolismos de cualquier cosa que deseen. Lo importante es si esta interpretación dice algo de quién eres. Si no significa nada para ti, quizás es porque estás más preocupado por las acciones que las emociones. En realidad no es el cubo el que representa su ego, sino cómo reaccionas ante el cubo que elegiste.
¿Se parece en algo lo que imaginaste a tu persona o a lo que piensas?
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Color Rojo
Los dos elementos más importantes que asociamos con el rojo son el fuego y la sangre, por esta razón, tiene un simbolismo universal que va más allá de las diferencias culturales.
Por ser un color tan llamativo, el rojo también significa atracción, fuerza, vida, valentía y vigor. Es el color de la vida animal.
Por estar asociado al fuego, el rojo también representa el deseo, la energía, el calor y el placer. A menudo se habla del fuego (que aunque no es rojo se relaciona con ese color) como una forma de representar a las divinidades y al poder celestial.
Como el rojo es un color que casi nunca se usa de fondo, sino que en la mayoría de casos está adelante (nunca se queda atrás); es el color de las personas extrovertidas.
“Ya no tengo paciencia para ciertas cosas, pero no es porque me haya vuelto arrogante sino que más bien porque he llegado a un punto en mi vida en el cual ya no quiero seguir gastando más tiempo con las cosas que no me gustan o que me hieren.
